REVISTA ESPAÑOLA DE

Vol. 37, n.º 3, 200
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ARTÍCULO
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CRÍTICA DE LIBROS

Neoplasias Anexiales Cutáneas

Luis Requena
Aula Médica. Madrid, 2004
523 páginas, 370 figuras y 13 tablas/esquemas

   

El libro de Neoplasias Anexiales Cutáneas de Luis Requena, recientemente publicado por la editorial Grupo Aula Médica SL (http://www.seap.es/noticias/libros.htm), representa el máximo exponente de claridad conceptual en un área tan compleja de la patología, por lo general oscuramente tratada en otras publicaciones. El libro se estructura en 3 grandes bloques temáticos que agrupan ordenadamente entidades proliferativas con diferenciación ecrina-apocrina, folicular y sebácea a lo largo de 70 capítulos. Los primeros capítulos de cada bloque exponen sucintamente la embriología, anatomía, histología y fisiología de los respectivos anejos, así como los parámetros morfológicos de diferenciación necesarios para la clasificación de las lesiones. Los capítulos sucesivos, tratan de entidades individualizadas o grupos de entidades muy próximas, siguiendo un espíritu integrador que pone orden en el maremagnum terminológico hasta ahora existente. Cada uno de estos capítulos está iniciado por un atractivo apartado de «recuerdo histórico», en el que el autor relata cronológicamente las aportaciones propias y de otros autores, realizadas a la literatura científica. Este apartado resulta crucial en muchas entidades, ya que proporciona al lector las claves necesarias para comprender las razones de autorizadas opiniones contrapuestas.

Como es sabido, muchas de las proliferaciones anexiales cutáneas forman parte de síndromes clínicos en los que subyacen alteraciones genéticas cada vez mejor conocidas. En este sentido, en los capítulos correspondientes se enfatiza la importancia de un diagnóstico preciso más allá de la benignidad o malignidad de la lesión, por representar un marcador biológico de determinados síndromes. Las referencias a los genes implicados, reflejadas en los apartados de histogénesis, son breves pero suficientes. En cada capítulo, el apartado más extenso es el de características histopatológicas, pero incluso en éste da la impresión de que cada párrafo haya sido meticulosamente evaluado antes de ser incluido en el texto, para no restar concisión al conjunto de la obra.

El libro es sumamente práctico y está orientado al diagnóstico clínico-patológico de las lesiones, pero no es una mera obra de consulta. Está dirigido a todos los públicos. Los MIR, tanto de Dermatología como de Anatomía Patológica no encontrarán mejor recurso didáctico: con sus pacientes y sus cristales podrán poner en práctica fácilmente lo aprendido, e incluso cuestionar diagnósticos de especialistas. El patólogo general hallará un estímulo con el que evadirse de la rutina. El dermatopatólogo, ya acostumbrado a la claridad expositiva del autor, tampoco se verá esta vez defraudado y obtendrá el máximo provecho de su estudio.

Un aspecto muy cuidado de este libro es su iconografía. Podría decirse que se trata de un atlas de dermatopatología anexial cutánea guiado por una prosa científica que no puede dejar indiferente ni al lector menos motivado. Las aproximadamente 2000 fotografías que componen las 370 figuras (todas en color y de excepcional calidad), están tan acertadamente elegidas, que el dicho de que «una imagen vale más que mil palabras» ha permitido al autor condensar en una obra de dimensiones manejables (poco más de 500 páginas), todo un tratado de dermatopatología. En el tratado no falta entidad alguna conocida y todas ellas disponen de suficiente número de figuras. Sólo hay un capítulo con una única figura, el correspondiente al carcinoma basocelular con diferenciación ductal, pero la figura consta de 8 imágenes microscópicas. Entidades inusuales, como el tumor del infundíbulo folicular, están perfectamente documentadas e ilustradas. Lo mismo sucede con las múltiples variantes de lesiones frecuentes como la pápula fibrosa nasal.

Las imágenes clínicas permiten tan fácilmente la identificación de lesiones típicas, que personalmente he comprobado cómo una enfermera hojeando el libro, ha sido capaz de diagnosticarse con precisión cuatro entidades: siringomas palpebrales, tricofoliculoma, corpúsculos de Montgomery y condición de Fordyce.

Aunque en cada capítulo Luis Requena comparte generosa y humildemente la autoría con otros compañeros patólogos y dermatólogos, con los que ha trabajado en estrecha colaboración, la obra presenta la uniformidad, homogeneidad, coherencia y consistencia interna de los libros escritos por un solo autor, debido a que él personalmente ha reestudiado y elaborado las aportaciones realizadas por sus colaboradores. Sólo he detectado una faceta deficitaria: las tablas y esquemas, que si bien se recurre a ellas en algunos capítulos para clarificar y resumir aspectos taxonómicos y de diagnóstico diferencial, ni son lo suficientemente atractivas ni numerosas, para el elevado grado de calidad que se ha exigido el autor en esta obra.

En la literatura científica el inglés continúa siendo la primera lengua y lamentablemente en muchas ocasiones la única, ya que son pocos los libros traducidos al castellano. Los textos especializados se publican en inglés, aunque el autor sea hispanoparlante, por su mayor grado de difusión. El propio Luis Requena ha publicado previamente 2 libros en inglés («Neoplasms with Apocrine Differentiation» y «Pathology of Vascular Skin Lesions»), que no han sido traducidos al castellano. Es de agradecer que por primera vez se haya aventurado a escribir y publicar una obra en castellano, que no tardará en ser traducida al inglés y de la que espero podamos seguir disfrutando en ediciones sucesivas.

José Miguel Sanz Anquela
Servicio de Anatomía Patológica
Hospital Príncipe de Asturias